Los firmantes del ACUERDO POR LA REPÚBLICA nos comprometemos desde el cargo que ostentemos en la función pública, sea electivo o designado, a cumplir con los siguientes preceptos republicanos:

1.- Hacer efectiva la división de los poderes, promoviendo todas las acciones legislativas y/o procesales que ello requiera, durante el primer año de mandato.

2.- Limitar en tiempo y sin excepciones, todos los mandatos de origen electoral.

3.- Devolver -a quien nos corresponda ejercer el PE y antes de finalizar el mandato- las facultades delegas por el Parlamento (super poderes), y a no incurrir en el futuro en los mismos vicios, salvo catástrofe, requiriéndose para ello los 2/3 de ambas cámaras.

4.- Enviar al Parlamento -a quien nos corresponda ejercer el Poder Ejecutivo y durante el primer año del mandato- un proyecto de Ley creando la Comisión Anti Corrupción (CAC), independiente de los tres poderes, que recabe información, aporte pruebas y actúe como querellante ante los juzgados competentes en los casos de corrupción en el ámbito de la Administración Pública de cualquier jurisdicción.

5.- Enviar por parte del Poder Ejecutivo o promover en el Parlamento un proyecto de Ley que establezca el Juicio por Residencia para el Presidente y Vice Presidente de la Nación antes de finalizar el mandato.

LA DEMOCRACIA AVANZA, LA REPUBLICA RETROCEDE

La República como forma de organización nacional, es en sí mismo una definición del orden institucional. División de poderes, respeto por la ley y limitación del poder, son elementos innato a la República.

Es muy frecuente entre el mundo mediático político, mencionar a la democracia como valor insuperable de de una  forma excelsa de conducir la función pública, cuando en rigor de verdad es solo el medio, bien dicho él único medio para alcanzar la representación popular.

Sin embargo muy poco se escucha hablar de La República, valor supremo en que debe pensar cualquier candidato que, mediante la democracia, pretenda ostentar el gobierno de la nación. 
El sistema republicano es el único que puede acercar al ciudadano a la felicidad, entiendo este concepto como un bien intrínseco a un sistema de libertad y justicia. Desde Roma hasta nuestros días, La República es el sistema que identifica a los países que progresan, con la salvedad de las monarquías parlamentarias que aún perduran en Europa. En la vereda de enfrente encontramos a los totalitarismos, los que más o menos despóticos, empobrecen y encarcelan a sus habitantes con el correr de las horas.

En la etapa actual de nuestro país, en el cual la peor calificación le corresponde al sistema de partidos políticos, la democracia se afianza mientras la República retrocede. Esto no es casualidad, muchos totalitarismo de antes y de hoy han sido encumbrado por el voto popular.

Es importante que los políticos de fuste de la argentina tomen nota de esto, y distinguir el adversario político del enemigo, que no es de la política, sino de la República. 

Es importante que quienes están dispuestos a defender la República acuerden su defensa. Les pido poco, la recompensa será inmensa.